"¡Sigo aquí!" María, de 37 años, sorprende a Rybakina y alcanza las semifinales den Queen's
Tres años después de su impresionante llegada a las semifinales de Wimbledon, siendo madre de dos hijos a los 34 años, Tatjana Maria lo vuelve a hacer en la hierba.
Ante la mirada de su esposo Charles-Edouard y su hija Cecilia, de 11 años, la jugadora de la previa continuó avanzando con fuerza en el HSBC Championships con su mayor victoria de la semana, derrotando a la cabeza de serie número 4, Elena Rybakina, por 6-4, 7-6(4) en 1 hora y 45 minutos.
"¡Sigo aquí!", dijo Maria en su entrevista en la pista. "Y estoy viviendo este sueño con mi familia... Es un ejemplo perfecto de no rendirse nunca y seguir adelante".
El resultado es la segunda victoria de Maria sobre una jugadora del Top 20 en Queen's esta semana, tras derrotar en segunda ronda a Karolina Muchova, su primera victoria sobre una oponente de esa categoría desde su actuación en Wimbledon 2022. La tenista de 37 años avanza a su primera semifinal en el circuito desde Cleveland 2023, y la primera por encima del nivel WTA 250 desde, como ya habrán adivinado, Wimbledon 2022.
Maria se enfrentará a otra gran potencia en semifinales, la segunda cabeza de serie, Madison Keys. La campeona del Abierto de Australia superó con creces a la quinta cabeza de serie, Diana Shnaider, en un duelo de potentes golpes por 2-6, 6-3, 6-4 para alcanzar su cuarta semifinal de 2025, y la primera desde Indian Wells en marzo. Keys lidera el duelo contra Maria por 3-0, incluyendo una victoria por 6-4, 6-4 en su único enfrentamiento previo sobre hierba en Wimbledon 2015.
Variedad, precisión... y un gran servicio: Desde el principio, los golpes de fondo cortados de Maria desde ambas alas, con sus botes bajos y extraños sobre la hierba, resultaron efectivos para desequilibrar a Rybakina o provocar errores en la kazaja. La alemana aprovechó rápidamente su brillante habilidad en la red, clavando voleas altas de revés y delicados ángulos cruzados. Cuando Rybakina lograba adelantarse, Maria seguía encontrando la manera de tejer su red en defensa, especialmente con su toque en el globo.
"La hierba me sienta de maravilla, porque absorbe muy bien los cortes y los mantiene bajos", declaró Maria a la prensa posteriormente. "Esa es la parte difícil para las jugadoras, porque nadie juega como yo".
María también superó repetidamente a Rybakina con decisiones de tiro contraintuitivas que resultaron ser genialidades. Con una ventaja de 4-3 en el segundo set, tuvo que correr por toda la pista para conectar una volea, pero Rybakina ya se movía para cubrir el espacio libre en la línea. En cambio, Maria logró rozar la pelota cruzada, de vuelta a donde Rybakina había estado un segundo antes, para pillar desprevenida a su oponente.
Sin embargo, en los momentos clave, Maria supo volver a lo básico. Salvó 10 de los 12 puntos de break que le ofrecieron, frecuentemente con saques ganadores o aces. Acumuló nueve de estos últimos, incluyendo dos en el tiebreak del segundo set, solo uno por debajo del total de 10 de Rybakina.
Rybakina amenazó con remontar durante todo el segundo set, poniéndose 3-1 arriba y luego forzando un tiebreak desde 5-3 abajo. Pero los momentos en los que encontró su ritmo fueron breves, y con el tiebreak empatado a 4-4, cometió una doble falta crucial.
Las reflexiones de Keys sobre la armonía matrimonial: Tras una reñida y excelente victoria que se decidió por un solo quiebre de servicio en el tercer set, Keys elogió efusivamente a Shnaider. Pero el entrevistador en pista también se interesó en su enfoque táctico, especialmente al seguir las instrucciones de su esposo y entrenador, Bjorn Fratangelo. En varias ocasiones, Fratangelo aconsejó un saque a la T, pero Keys respondió con un saque abierto.
"A veces no me gusta dónde me dice que saque", dijo Keys. "Así que lo tomo como una opción y elijo hacer otra cosa. ¡Por eso trabajamos tan bien juntos!"
Keys también provocó risas entre un público ligeramente asombrado, en uno de los días más calurosos del año británico hasta la fecha, alcanzando una temperatura máxima de 27 °C, al describir el clima como "un bonito día de invierno", desde su perspectiva floridana.